Obturación dental: todo lo que debes saber

Es posible que hayas escuchado hablar de la obturación dental y, como paciente, te estés preguntando qué es este procedimiento, en qué consiste y un montón más de cosas. Para resolverlas todas, hemos preparado este artículo. Ya verás, ¡una simple lectura y todas las dudas van a desaparecer!

¿Qué es una obturación dental?

Hablando simple y claro, una obturación dental es un empaste. También puedes encontrar algunos sitios donde lo llamen restauración.

El procedimiento de la obturación dental consiste en reparar un diente que tiene, por lo general, un agujero. De hecho, obturar, según la RAE, es literalmente cerrar o tapar una abertura por medio de la aplicación o introducción de un cuerpo.

¿Cuándo es necesario recurrir a una obturación dental?

Las cavidades en los dientes, se producen comúnmente como consecuencia de la acumulación de placa. La placa es la acumulación de bacterias y azúcares en torno a dientes, encías e incluso lengua. Su proliferación se debe, sobre todo, a una mala higiene bucal.

Cuando se acumulan restos de alimentos y no se eliminan mediante el enjuagado, cepillado o uso de seda dental, estos comienzan a descomponerse dando lugar a la proliferación de bacterias.

Una vez que se inicia esta proliferación de bacterias, es importante tener en cuenta un factor clave que favorece a que aparezcan dichas cavidades y se tenga que recurrir a un procedimiento de obturación dental para taparlas. Este es el pH de la boca.

El pH, la placa y las caries

El pH es crucial tanto de cara a evitar tener que llegar a necesitar una obturación dental, como para el mantenimiento de una buena salud bucodental en general.

Las bacterias que proliferan en la placa, generan ácido que afecta tanto a la superficie del diente como a la saliva. Dado que la saliva se mueve por toda la boca, contribuye a que se cree un ambiente ácido generalizado.

La caries se produce debido a que el ácido debilita el esmalte del diente y favorece a que las bacterias puedan ir abriendo estas oquedades en las diferentes piezas. Lo ideal es que, gracias a las revisiones odontológicas periódicas, si hay un problema de caries se pueda resolver a tiempo mediante una obturación dental.

Si no se le pone remedio, las bacterias continuarán “excavando” en el diente hasta que la pieza sea insalvable y se tenga que extraer. También podrían pasar a piezas colindantes.

Para prevenir esto, es importante que mantengamos el pH de nuestra boca en unos valores neutros.

¿Cómo podemos hacer esto? El pH de nuestra boca se suele acidificar cada vez que comemos. Para volver a unos parámetros considerados neutros, lo mejor es por supuesto recurrir al cepillado. Si no puedes cepillarte los dientes después de comer, lo mejor es que te enjuagues con agua.

De hecho, si por algún motivo clínico el pH de tu boca tiende a ser ácido, los enjuagues con agua de forma regular te pueden venir genial, ya que ayudan a que el pH vuelva a ser neutro. ¡Si bebes agua regularmente también contribuyes a ello y además es beneficioso para tu salud!

El pH básico en la boca

A modo de un breve inciso, cabe destacar que, si, por el contrario, el pH de la boca se encuentra en unos valores que llegan a ser básicos o alcalinos, no es tampoco beneficioso.

De hecho, aunque está menos documentado que la relación entre acidez del pH con la proliferación de placa y bacterias en conjunto con el agravamiento de sus síntomas, sí hay indicios que relacionan el pH alcalino con la enfermedad periodontal.

Por esto mismo, de lo que no cabe duda es que lo mejor es mantener un pH neutro la mayor parte del tiempo posible.

Tipos de obturación dental

Si ya ha ocurrido lo peor en el plano en el que nos movemos y se ha producido una oquedad debido a la acción de las bacterias y la placa, lo más común, como ya hemos indicado, es recurrir a una obturación dental para salvar esta pieza.

Eso sí, cuando el dentista decide optar por la obturación dental, puede que use una técnica u otra para llevarla a cabo. Por ello, creemos que es interesante ver los tipos de obturación dental que se pueden llevar a cabo en el diente afectado por la caries.

Tipos de obturación dental según el estado del diente

Cuando se vaya a proceder a efectuar una obturación dental, lo primero que debe hacer el dentista es evaluar el daño que ha sufrido la pieza dental afectada. No es lo mismo si se logra actuar a tiempo y el diente está poco afectado por la caries, que si está en una situación crítica.

Obturación simple

Las obturaciones simples se ejecutan cuando la pieza dental únicamente tiene afectada la superficie o cara oclusal.

Si debajo de las líneas oscurecidas no hay más diente afectado, no será necesario vaciar el diente para limpiarlo.

Obturación compleja dental o compuesta

Una obturación compleja dental, también denominada compuesta, es la que se lleva a cabo cuando el diente está afectado por la caries en dos o más superficies.

De igual modo, podemos hablar de realizar una obturación compleja dental si afecta a una cara proximal, es decir, a la que pega con otro diente. Obviamente, si dos o más superficies están afectadas, hay altas probabilidades de que al menos una sea una cara proximal.

Reconstrucción en profundidad

En casos en los que el diente esté muy afectado por la caries habrá que hacer una reconstrucción completa. Si la caries ha llegado a tocar la pulpa y por ende, el nervio, es posible que antes haya que llevar a cabo una endodoncia.

Una vez hecho esto, se vacía el diente y se rellena con algún tipo de material de obturación. Esto mismo nos lleva a la siguiente clasificación. Pero antes, únicamente destacar que también es posible que se necesiten tratamientos de coronas para poder ejecutar una buena reconstrucción.

Tipos de obturación dental según el material empleado

Como hemos mencionado ya, se pueden usar diferentes materiales para rellenar la oquedad producida por la caries una vez limpia. Esto nos va a dar diferentes tipos de obturación dental.

Amalgama

Hablamos de amalgama para referirnos a cualquier tipo de obturación dental llevada a cabo a base de una aleación de metales.  Los metales más comunes utilizados en este tipo de obturación dental son el oro, el estaño, la plata, el cobre o el mercurio.

Su uso se remonta a finales del siglo XVII. En ese momento se mezclaba polvo de estaño con mercurio, que se echaba sobre la cavidad a temperatura de fundición, es decir, a 100 °C.

Debido al peligro que suponía tener que calentar tanto la amalgama, se empezó a aumentar la cantidad de mercurio y así poder operar a temperatura ambiente.

Aunque a lo largo del tiempo, las cantidades usadas y los metales fueron variando, debido a su gran maleabilidad, el mercurio se ha mantenido en líneas generales.

Su resistencia y durabilidad son muy altas, llegando a permanecer adherida al diente entre 15 y 20 años. Este tipo de obturación dental es también muy económica.

Sin embargo, es una técnica que ha dado lugar a grandes debates, debido a que, como ya te puedes imaginar, varios de estos metales son tóxicos, especialmente el mercurio.

Se han estudiado diferentes casos en diferentes países y las conclusiones son claras, los pacientes con este tipo de obturación dental presentan niveles más altos de lo normal de mercurio en sangre.

El problema de esto es que el mercurio no se puede eliminar del organismo y se acumula en diferentes partes del cuerpo, como pueden ser los riñones o el cerebro.

En algunos países esta técnica está completamente prohibida por el peligro de intoxicación que supone y en los que no, suele estar actualmente en desuso. El acabado estético es nulo, ya que el color metálico queda completamente antinatural.

Si se usa a día de hoy suele ser para aplicar en molares, debido a que, como hemos mencionado, es un tipo de obturación dental muy resistente y aguanta bien la tensión, pero es un rara avis.

Porcelana

Este tipo de obturación dental es duradero, resistente y ofrece un acabado estético completamente natural.

Un punto algo negativo sobre ellos, es que, al ser una pieza, necesita que un laboratorio especializado la fabrique a medida previamente.

Una vez que la pieza ya está en la clínica, únicamente debe ser cementada.

Dentro de las mismas, podemos diferenciar entre incrustaciones onlays o inlays. Las primeras son más grandes, para cavidades de mayor tamaño. Las segundas son pequeñas incrustaciones superficiales, pero ambas se tienen que pegar de manera adecuada por un profesional.

Resina compuesta o composite

Una de las mejores opciones en cuanto a obturaciones dentales. Las resinas compuestas son materiales que derivan de los plásticos y cerámicas. Sus ventajas son la alta tolerancia a los cambios de temperatura, con los que ni se expanden ni contraen y por supuesto su acabado estético completamente natural.

Hoy en día es el método más usado. Pueden durar más de 10 años y sus materiales no suponen ningún tipo de riesgo para la salud.

Ionómero de vidrio

La principal ventaja de este tipo de compuesto utilizado en la obturación dental es que libera gradualmente flúor que ayuda a prevenir la aparición de nuevas caries. Por esto mismo se suele emplear en dientes muy afectados en los que se haya tenido que hacer una reconstrucción profunda.

Una pequeña desventaja, en cambio, es que su resistencia es algo menor, por lo que no suele ser tan frecuente como las resinas compuestas a la hora de empastar.

Paso a paso del procedimiento

Como a día de hoy, lo más normal es hacer uso de las resinas compuestas para llevar a cabo la obturación dental, vamos a detallar un poco más el proceso que se lleva a cabo en esta intervención.

Aislamiento y desinfección

Lo primero que se debe hacer para poder realizar la obturación dental es aislar la zona que se vaya a tratar. Con ello evitamos posibles contaminaciones. Hay que recordar que la intención es revitalizar el diente afectado por la caries, no expandir la infección hacia otras zonas. Para ello se suele emplear un dique de goma.

Después se elimina la infección con una máquina de tipo turbina que retira el tejido afectado.

Rellenado

Si es necesario, se aplica una protección dentino pulpar en el interior de la cavidad. Se lleva a cabo un grabado con ácido fosfórico que debe estar al 37%. Después se enjuaga el área.

Se coloca una tira plástica separadora para que ninguno de los componentes que se van a usar dañen otro diente. A continuación se aplica el adhesivo y se airea.

Después se somete al diente a una foto-polimerización y por último se rellena con el composite. Para hacerlo correctamente, la resina compuesta no debe aplicarse en capas de más de 2 mm de grosor.

Entre capa y capa, se foto-polimeriza durante los segundos que indique el fabricante. Se vuelve a aplicar otra capa y así hasta rellenarlo por completo.

Revisión y pulido

Lo único que queda es retirar el exceso de resina compuesta si lo hubiese y comprobar que el agujero ha quedado bien sellado.

Se revisa que el paciente puede llevar a cabo una correcta oclusión. Es importante fijarse en que después de completar la obturación dental, el paciente puede morder sin problemas.

Del mismo modo, hay que fijarse en que no quedan picos que puedan provocar rozaduras ni zonas que puedan favorecer la acumulación de comida y, por ende, placa.

En caso de quedar algún pequeño pico se puede corregir con el último paso, que sería el pulido. Con ello también se elimina cualquier tipo de aspereza que pudiese quedar y se le da brillo al diente. Así, se garantiza un acabado estético de calidad.

Con el correcto cuidado y buena higiene dental, lo más posible es que el diente sobre el que se ha hecho la obturación dental no vuelva a dar problemas en una larga temporada.